Ok, no pienso extenderme en mis cuelgues de por qué no publico nada acá desde julio ni por qué no publico nada nuevo, en vez de seguir apelando a mis archivos. Baste decir que hace rato que tenía ganas de poner acá mis primeros granitos de arena de un ambicioso proyecto concebido hace ya tiempo, pero (como de costumbre) ya también hace tiempo discontinuado...
Cuando hacía Cuentos Paganos en vivo, pensé en hacer algo para que los asistentes al show que ya tuvieran o no quisieran mi librito no se fueran con las manos vacías. Y se me ocurrió esta idea de una enciclopedia en fascículos coleccionables. O algo así. ¿El tema? Divinidades paganas, que ahí hay para entretenerse un rato. Y bueno, esta pequeña enciclopedia no pretende ser exhaustiva ni mostrar despliegues de erudición, sino más bien intentar acercamientos más o menos originales a distintas deidades que me caigan más o menos simpáticas. Empiezo por uno de mis favoritos, mi querido Epimeteo... Espero que les guste.
Las cosas que creo
Creo que creo las cosas que creo; o sea, creo que uno crea las cosas que cree. O las recrea, cuando cree en algo que alguien más creó. Y creyó, porque uno cree en las cosas que crea...
miércoles, 2 de noviembre de 2011
martes, 1 de noviembre de 2011
DIVINIDADES
PAGANAS
Epimeteo
El pensamiento binario viene de lejos. Dividir en dos parece ser una cualidad adquirida hace mucho, mucho tiempo. Los griegos en su época mítica solían tener dos reyes sagrados. Que eran sacrificados de acuerdo con el Sol. Uno en el solsticio de invierno, y otro en el de verano. Navidad y San Juan; los Predicadores de la Muerte nunca inventaron nada, vampiros nomás.


Estando Prometeo encadenado, por un par de jugarretas que perturbaron al irascible Zeus, Epimeteo seguía su vida como podía, aleccionado – eso sí – por su previsor hermano para no aceptar ningún regalo que proviniera de los quisquillosos Olímpicos.

Epimeteo estaba perdido.

Quedó en la caja la Esperanza. Mas distinto concepto tenían los griegos de la Esperanza. Ilusionista falaz, capaz de engañarnos y prometernos toda suerte de futuros inverosímilmente maravillosos…
El mundo jamás volvió a ser el mismo, por causa de Epimeteo, “el que reflexiona tarde”. Los Males hicieron presa del hombre, alejándolo definitivamente de los dioses…
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