Las cosas que creo

Creo que creo las cosas que creo; o sea, creo que uno crea las cosas que cree. O las recrea, cuando cree en algo que alguien más creó. Y creyó, porque uno cree en las cosas que crea...

sábado, 23 de abril de 2011

Religiones



                                                     Dibujo de Moran Senderovich

viernes, 22 de abril de 2011

Ah, merde, parece que no se puede escuchar el goear... Probemos con los links...

Religiones:
http://www.goear.com/listen/57651ef/religiones-douglas-y-sebastian

Religiones II
http://www.goear.com/listen/379ea6a/religiones-ii-douglas-y-sebastian

Religiones III
http://www.goear.com/listen/d18bb8c/religiones-iii-douglas-y-sebastian
Bueno, finalmente lo logré. Tras haber estado buena parte de la noche de anoche viendo cómo demonios hacer para poder subir música y ponerla acá... Quería tenerlo listo para hoy, para poder subir estos "clásicos" míos que siempre cobran más relevancia en ocasión de unas fiestas religiosas. Y quería que estuvieran las versiones con música de mi estimado amigo Sebastián Paz. Verán ustedes: les cuento a quienes no conozcan mi trayectoria: Estos tres escritos (que son tres y son uno, como corresponde al tema) son el eje central de Cuentos Paganos, que es un librito, un disco, y supo ser un espectáculo en vivo. O sea: son cuentos y cosas cortitas, en su mayoría pensadas explícitamente para ser transmitidas por vía oral. Y con la música, cobran verdaderamente otra dimensión.(Ni que decir del face to face... ya me explayaré en otra ocasión sobre la literatura oral).
   Los subí de forma que se pueda leer de arriba a abajo; espero que me haya quedado bien...
   Bueno, a ver si escribo algo más esta noche sobre las fiestas paganas y cristianas...

Religiones








                                           Religiones

   Están los Buenos, que veneran al Árbol. También Buenos, pero no tanto, los que emulan al Caminante.
   Entre los Moderados se cuentan los Puros, que nunca se bañan en el Río Sagrado; los Sabios, que nunca se bañan Dos Veces en el Mismo Río; y los Sucios, que nunca se Bañan. Los Místicos, que leen en el Libro del Destino; los Magos, que dominan los Elementos; y los Soñadores, que conocen el Color del Tiempo.
   También los hay Neutros, como los Recolectores de Guijarros, o los que no creemos en nada.
   Desde siempre están los Primitivos: los Paganos, que beben y cantan; los Primigenios Adoradores del Sol y la Luna; y los que esperan al Hipopótamo Albino.
   Sectas más o menos Secretas, como La Secta Sin Nombre, o los Bebedores de Anís, o aquellos cuyo símbolo es el Cuatro de Copas.
   También hay Oscuros, como los que creen en la Serpiente de las Mil Lenguas, o los que practican los rituales del Fuego, del Falo y la Miel.
   Insulsos, como los adoradores del Caracol; o incluso despreciables, como los Hombres-Gallina.
   Miles de religiones hay; tantas como granos de arena hay en la mar…
   Pero el mundo está dominado por los Malos: los Predicadores de la Muerte, que se extasian contemplando a su Dios, que sufre y se desangra clavado a una cruz.

Religiones II







                                        Religiones II

   Los Predicadores de la Muerte odian la Vida. Su Pecado Original es precisamente el hecho de dar Vida. Ya entonces desde que nacemos somos Culpables, culpables de Vivir. Condenados a transitar por este Valle de Lágrimas, chapoteando en el barro del Pecado, obligados a ganarnos el pan con el sudor de nuestras frentes, orando y esperando que venga nuestro Salvador, y nos considere Dignos de habitar su Paraíso. Tal el Premio, pero también hay Castigo: para todos los Pecadores que no se arrepientan, o no reconozcan al Dios Único como su Salvador; el Sufrimiento Eterno.
   Únicos y celosos poseedores de la Verdad, no quieren esperar hasta el Final de los Días, y convierten Salvajes, y queman Herejes.
   Enemigos de la Vida, odian los Cambios, el Movimiento… Su ideal es lo Perfecto, lo Eterno, lo Inmutable… que, como todos sabemos, son sólo otros nombres de la Muerte.

Religiones III







                                                Religiones III

De todas las religiones, los más monstruosos son los Predicadores de la Muerte. Su Dios abominable es Uno y es Tres: Padre, Hijo y Espíritu. Siempre ha existido y siempre existirá. Todo lo ve, todo lo sabe, y está en todas partes. Él juzga, premia y castiga. Su Nombre es impronunciable: es la Muerte.
Vampiros de otras religiones, castraron a la Gran Madre y la convirtieron en Virgen, que así concibió Pura al Hijo, quien se hizo carne, y sintió el Dolor. De nada sirvieron sus prédicas de Amor, ni a sus fieles les importan. Todos, y más que nadie estos últimos, lo recuerdan, lo representan, lo emulan, lo veneran, sufriendo en su martirio, vendido por los suyos, negado por los suyos, clavado a su cruz por los suyos. Su espalda destrozada a latigazos, por haber querido cargar con los pecados del Mundo; y su cabeza coronada de espinas, porque Pensar también hace daño.
Símbolo del Dolor, nacido en el día de la Muerte del Sol y muerto en Primavera, muerto en Vida.
Vampiros… En el sagrado día que estaba dedicado al Sol, se reúnen en sus suntuosos y lúgubres templos, y devoran a su Dios y beben de Su sangre, mientras repiten pasajes de su oscuro Libro, del que “no se cambiará ni una jota ni una tilde”. Inmutable también, tan inmutable y tan muerto como su Dios.
Y sin embargo, cada día vemos que estos Predicadores de la Muerte, al encontrarse cara a cara con ésta – la muerte propia, o la de sus seres queridos – gritan y patalean, y se deshacen en llanto. Ni siquiera dejan de llorar cuando sus seres queridos han pasado, como dicen, “a mejor vida”.
Es claro: en el fondo, ni siquiera ellos son capaces de creer en sus mentiras.

jueves, 21 de abril de 2011

Cuando uno escribe… está evidentemente intentando superar una carencia afectiva. Uno quiere que la gente lo quiera, y por eso escribe. ¿Pero por qué esa necesidad de cariño tan grande? No tuve una infancia desdichada ni mucho menos. ¿Será porque mi infancia estuvo tan bien, y todo el mundo me quería?; ¿querré retrotraerme a ese estado primigenio? Probablemente. Pero cuando era chico también tenía esa necesidad de que todo el mundo me quisiera… ¿Megalomanía del artista?, ¿egocentrismo profundo? No tan así: Uno escribe porque quiere que la gente lo quiera, sí; pero eso es porque uno quiere querer a la gente, y por eso se da. No se trata de querer abarcar el mundo, sino más bien, de querer diluirse en él…

Introducción

   Bueno, tras mucha meditación (y años de cuelgue), he decidido hacer un blog. Quiero hacer muchas cosas, y no conozco aún las posibildades y limitaciones del blog... así que iremos probando. Digamos que la idea básica es comunicarse, claro. Y a mí me gusta escribir. El facebook está muy bien para encontrar y conocer gente y compartir estados de ánimo... mensajes... y enlaces a cualquier cosa que a uno se le ocurra... Pero a mí me gusta escribir. Y mi intención es explayarme en las cosas que creo (que pienso, que opino, que siento) y mostrar las cosas que creo (que escribo, que toco y etcéteras). Para quien quiera leer. A ver cómo sale.