Las cosas que creo

Creo que creo las cosas que creo; o sea, creo que uno crea las cosas que cree. O las recrea, cuando cree en algo que alguien más creó. Y creyó, porque uno cree en las cosas que crea...

viernes, 22 de abril de 2011

Religiones








                                           Religiones

   Están los Buenos, que veneran al Árbol. También Buenos, pero no tanto, los que emulan al Caminante.
   Entre los Moderados se cuentan los Puros, que nunca se bañan en el Río Sagrado; los Sabios, que nunca se bañan Dos Veces en el Mismo Río; y los Sucios, que nunca se Bañan. Los Místicos, que leen en el Libro del Destino; los Magos, que dominan los Elementos; y los Soñadores, que conocen el Color del Tiempo.
   También los hay Neutros, como los Recolectores de Guijarros, o los que no creemos en nada.
   Desde siempre están los Primitivos: los Paganos, que beben y cantan; los Primigenios Adoradores del Sol y la Luna; y los que esperan al Hipopótamo Albino.
   Sectas más o menos Secretas, como La Secta Sin Nombre, o los Bebedores de Anís, o aquellos cuyo símbolo es el Cuatro de Copas.
   También hay Oscuros, como los que creen en la Serpiente de las Mil Lenguas, o los que practican los rituales del Fuego, del Falo y la Miel.
   Insulsos, como los adoradores del Caracol; o incluso despreciables, como los Hombres-Gallina.
   Miles de religiones hay; tantas como granos de arena hay en la mar…
   Pero el mundo está dominado por los Malos: los Predicadores de la Muerte, que se extasian contemplando a su Dios, que sufre y se desangra clavado a una cruz.

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